¿Quiere arreglar la brecha racial de riqueza? Comience cancelando la deuda estudiantil.

¿Quiere arreglar la brecha racial de riqueza? Comience cancelando la deuda estudiantil.

¿Quiere arreglar la brecha racial de riqueza? Comience cancelando la deuda estudiantil.

Quiero imaginar un futuro mejor, al igual que lo hicieron mis padres. Pero no debería venir con ataduras abrumadoras.

Facebook
Twitter
Email
Flipboard
Pocket

Click here to read this article in English.

Como mujer brasileña-estadounidense de primera generación y como graduada universitaria, yo sé lo que es sentirse ansiosa por tener deuda de préstamos estudiantiles. Yo, como más de 44 millones de estadounidenses corrientemente afectados por la deuda estudiantil, tuve que sacar préstamos estudiantiles no sólo para pagar mi matrícula, sino también para cubrir el costo de vida en mi campus universitario. Después de graduarme, me costó encontrar un trabajo sostenible en mi campo profesional. Mis préstamos estudiantiles han limitado mis opciones profesionales y mi capacidad de buscar oportunidades de empleo fuera del estado.

Y aunque esta historia es demasiado común, Latinos e Hispanos como yo tenemos una experiencia muy diferente a la de otros prestatarios. En mi trabajo para la organización Student Debt Crisis, he escuchado de muchas personas que han tenido que reorganizar sus vidas en torno a la deuda estudiantil. Una historia que oí durante una sesión virtual para los prestatarios fue de una madre soltera e inmigrante. Nos contó acerca de venir a este país en busca de un futuro mejor, y en su búsqueda obtuvo préstamos estudiantiles para ir a la universidad. Ahora, nos dijo, también está ayudando a sus dos hijos adultos a pagar sus préstamos. Debido a la crisis económica causada por la pandemia, sus horas se han reducido; ella está ganando sólo lo suficiente para mantenerse a sí misma y a su familia. La pausa en los préstamos estudiantiles federales ha sido una gran ayuda para ella, pero le preocupa lo que sucederá cuando reanuden los pagos.

Durante la pandemia, los trabajadores latinos eran los más propensos a perder un trabajo, tener horas reducidas o no poder encontrar un trabajo en comparación con otros grupos raciales y étnicos en los Estados Unidos. Como ilustran mi experiencia y la de esta madre, con millones de prestatarios y familias latinas afectadas, la carga de los préstamos estudiantiles solo aumenta sus preocupaciones e incertidumbres. Los latinos con préstamos ya tienen más probabilidad que otros grupos raciales de posponer las decisiones que cambian la vida, como casarse y tener una familia. Se ven obligados a poner sus vidas y sus sueños en espera, activando un ciclo que vemos en una brecha de riqueza racial cada vez mayor, donde el patrimonio neto medio de una familia blanca es aproximadamente ocho veces el patrimonio neto medio de una familia hispana.

Una forma de proporcionar algún alivio a los prestatarios latinos sería a través de la cancelación de la deuda estudiantil. El 17 septiembre de 2020, los senadores Chuck Schumer y Elizabeth Warren introdujeron una resolución que le pide al Presidente Biden que cancele hasta $50,000 por prestatario para proporcionar un alivio equitativo a quienes más lo necesitan, especialmente dentro de las comunidades de color. Más de 325 organizaciones escribieron una carta instando al Presidente Biden a usar la acción ejecutiva para cancelar la deuda de préstamos estudiantiles. “El impacto de la cancelación de la deuda estudiantil será de gran alcance”, escribió la Directora Asociada de Educación de UnidosUS, Amalia Chamorro, en apoyo de la resolución. “No sólo permitirá a los prestatarios latinos un nuevo comienzo financiero, sino que abordará la brecha de riqueza racial que a menudo impide que los latinos asciendan en la escala económica.”

Alrededor del 72 por ciento de los estudiantes latinos obtienen préstamos para asistir a la universidad, y el prestatario latino medio todavía debe el 80 por ciento de su saldo de deuda 12 años después de graduarse. Los hispanos son el grupo etnico más joven en los Estados Unidos, con cerca del 60 por ciento que son Millennials o más jóvenes. Aproximadamente el 30.8 por ciento de Millennials latinos y 31.4 por ciento de los latinos Generación Z tienen deudas de préstamos estudiantiles, y se espera que estas cifras aumenten en los próximos años.

Con estas disparidades existentes, los individuos latinos y otros prestatarios de color se ven obligados a incurrir más préstamos estudiantiles para pagar la matrícula, los libros, y el costo de vida. En 2016, los ingresos medios por hogar de una familia latina se calculó en $46,882 en comparación con $63,155 de una familia blanca. La riqueza media, sin embargo, fue de $20,600 para una familia latina y $175,728 para una familia blanca. En los códigos postales de mayoría latina, la tasa de impagos se estima en alrededor del 13 por ciento. El incumplimiento de los préstamos estudiantiles puede resultar en daños en las calificaciones de crédito, lo que hace aún más difícil comprar una casa o un coche, lo pone en riesgo de embargo de salario y reembolsos de impuestos retenidos, solo causando más daño económico.

Y estas disparidades continúan afectando a la próxima generación. Los hijos en familias cargadas con deuda estudiantil son más propensos a tomar más préstamos. La posible carga de la deuda disuade a muchos estudiantes de elegir ir a la universidad.

Últimamente, la administración de Biden ha comenzado a tomar medidas para ayudar a algunos prestatarios. Cobros jurídicos se han detenido para los prestatarios que incumplieron sus préstamos estudiantiles, y las tasas de interés para estos préstamos se han fijado en cero. Bajo el Borrower Defense to Repayment Program, los estudiantes que habían sido defraudados por sus universidades recibieron alrededor de $1 mil millones en ayuda. El Departamento de Educación también ha proporcionado algún alivio para los prestatarios con discapacidades totales y permanentes.Como la pandemia ha tenido un efecto desproporcionado en las comunidades de color, especialemente en la communidad latina, yo estaba agradecida por la pausa en los prestamos estudiantiles federales. Pero yo, junto con millones de prestatarios, sé que esto es solo un retraso. Los prestatarios como yo nos sentimos inseguros sobre el futuro.

La cancelación de la deuda estudiantil de base amplia sería una gran ayuda a prestatarios latinos y sus familias. La cancelación de hasta $50,000 por cada prestatario sería especialmente beneficiosa para los prestatarios latinos, que tienden a constituir la mayor parte de los que deben menos de $20,000 en préstamos estudiantiles. Cancelar préstamos estudiantiles permitiría a las familias latinas invertir en sus familias, en sus sueños y en sus comunidades. La cancelación a través de la acción ejecutiva ayudaría a reducir algunas de las desigualdades y disparidades para millones de personas a quienes se les prometió un futuro brillante, pero que quedaron con miles de dólares en deudas.

El Presidente Biden recientemente pidió al Secretario del Departamento de Educación, Miguel Cardona, el segundo latino en ocupar el cargo, que le proporcione un memorando sobre su autoridad legal para cancelar hasta $50,000 en préstamos estudiantiles por prestatario. A principios de este año, Cardona declaró que abordar la deuda de préstamos estudiantiles sería “una prioridad para mi. Sería un área de enfoque donde, desde el principio, realmente tendríamos que asegurarnos de elaborar planes y estrategias de apoyo claros.”

Sobre todo, debemos recordar que la deuda estudiantil es una cuestión tanto racial como económica. La cancelación de deuda de préstamos estudiantiles ayudaría a millones de individuos y familias latinas como la mía. Mis padres vinieron a este país en busca de una vida mejor para ellos y para su futura familia. Trabajaron para darme eso: soy la primera persona en mi familia en graduarse de la universidad. Pero la deuda de préstamos estudiantiles me está frenando a mi y a muchos otros como yo. La cancelación, en lugar del aplazamiento, me permitiría ser más independiente financieramente e invertir en mi futuro. Me daría la oportunidad de ahorrar para un coche, construir una vida, y lo más importante, sería un problema menos para mí y mi familia. Al igual que mis padres, yo quiero una vida mejor para mí y mi familia. La cancelación de la deuda estudiantil aseguraría que una vida mejor no venga con ataduras debilitantes.

Los defensores de Student Debt Crisis, NAACP, Generation Progress, NextGen America, Center for Responsible Lending y Young Invincibles están trabajando para amplificar las voces de las personas afectadas por la deuda estudiantil. Recientemente lanzaron el proyecto #CancelStudentDebt Voices donde más de 7,250 personas se han unido para compartir sus historias. El proyecto se lanzó con un evento de ayuntamiento virtual con el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer. Cuenta tu historia aquí o haz clic aquí para aprender más.

Thank you for reading The Nation!

We hope you enjoyed the story you just read. It’s just one of many examples of incisive, deeply-reported journalism we publish—journalism that shifts the needle on important issues, uncovers malfeasance and corruption, and uplifts voices and perspectives that often go unheard in mainstream media. For nearly 160 years, The Nation has spoken truth to power and shone a light on issues that would otherwise be swept under the rug.

In a critical election year as well as a time of media austerity, independent journalism needs your continued support. The best way to do this is with a recurring donation. This month, we are asking readers like you who value truth and democracy to step up and support The Nation with a monthly contribution. We call these monthly donors Sustainers, a small but mighty group of supporters who ensure our team of writers, editors, and fact-checkers have the resources they need to report on breaking news, investigative feature stories that often take weeks or months to report, and much more.

There’s a lot to talk about in the coming months, from the presidential election and Supreme Court battles to the fight for bodily autonomy. We’ll cover all these issues and more, but this is only made possible with support from sustaining donors. Donate today—any amount you can spare each month is appreciated, even just the price of a cup of coffee.

The Nation does not bow to the interests of a corporate owner or advertisers—we answer only to readers like you who make our work possible. Set up a recurring donation today and ensure we can continue to hold the powerful accountable.

Thank you for your generosity.

Ad Policy
x